jueves, 19 de abril de 2012

Yadier es nuestra gran estrella en MLB


Una decena de juegos no cuenta la verdadera calidad o competitividad de los equipos en una larga temporada, pero sí nos da una idea del futuro rendimiento individual de los peloteros durante el transcurso de la misma. Es por eso que debemos sentirnos satisfechos de la forma que han lucido algunos de los nuestros en estas dos primeras semanas de acción en las Grandes Ligas.

Ante la preocupante y penosa noticia de los pocos puertorriqueños que están participando este año en las Mayores, definitivamente nos debe aliviar el que ese reducido grupo esté haciéndose sentir.

El de la actuación más notable, sin duda, es el receptor Yadier Molina quien, junto con Carlos Beltrán, ha contribuido a que los fanáticos de los Cardenales de San Luis poco a poco comiencen a olvidar la ausencia del dominicano Albert Pujols.

Yadier se ha convertido en la pieza angular de la franquicia.
Hemos sido testigos de cómo Yadier, de la misma forma que lo hizo su compatriota Iván Rodríguez, arribó a las Mayores por sus dotes defensivos, pero poco a poco se ha ido convirtiendo en una figura estelar ofensiva de su equipo.

Actualmente, con un promedio de por vida de .274, de continuar la consistencia que ha exhibido en los pasados dos años, podría convertirse en un receptor bidimensional al estilo de los mejores en la historia.

Por alguna razón, el entonces dirigente de los Cardenales y futuro miembro del Salón de la Fama, Tony LaRussa, siempre mostró gran admiración por Yadier. Esto es así porque aquellos que han estado por décadas en el béisbol profesional saben que Yadier luce como un RECEPTOR. Camina, piensa, habla y se comporta como un señor RECEPTOR. Aquellos que hemos podido ver sus ejecutorias somos testigos de su profesionalismo, liderazgo, seriedad y entrega en el juego.

Mucho se comentó sobre la extensión contractual ofrecido por la gerencia de los Cardenales a Yadier. Algunos consideraban que su valor ($75 millones por cinco años) estaba sobrestimado. Incluso, algunos dueños de equipo se expresaron públicamente criticando la acción de la gerencia de San Luis.

Nada más lejos de la realidad. Los Cardenales sabían lo que hacían cuando lo ficharon por cinco años y $75 millones. Cuatro Guantes de Oro en los últimos seis años, tres selecciones al Juego de Estrellas, dos Series Mundiales y, lo más impresionante, todavía no ha alcanzado los 30 años.

El que San Luis se encuentre liderando desde el comienzo su división se debe en gran medida a Yadier. Y aunque la temporada es joven, este equipo, a diferencia de otros, es un contendiente genuino al campeonato.

Los puertorriqueños debemos sentirnos tranquilos que la tradición de receptores boricuas estelares en las Grandes Ligas seguirá bien representada, aun con el retiro de Posada y la ausencia de “Pudge”. Y todo gracias a Yadier...

domingo, 15 de abril de 2012

La bendición de la Agencia Libre


En el 1970 el guardabosque Curt Flood fue cambiado de los Cardenales de San Luis a los Filis de Fialdelfia. El pelotero decidió retar la transacción no reportándose a su nuevo equipo. Flood sostuvo que la entonces ‘Clausula de reserva’ era ilegal. Por medio de esta clausula los equipos tenían el derecho sobre sus jugadores aun con la expiración de los contratos. Los peloteros seguían siendo ‘propiedad’ de los equipos hasta que estos decidieran cambiarlos o dejarlos en libertad.

Este caso llegó hasta la Corte Suprema, la cual falló en contra del jugador.

Sin embargo la acción de Curt Flood inicio un movimiento en contra de la ‘Clausula de reserva’ y eventualmente en el 1975 el juez Pete Dietz declaró agentes libres a los lanzadores Andy Messersmith y Dave McNally, desde entonces la industria del béisbol a nivel de Grandes Ligas no ha sido la misma.

Los megacontratos ofrecidos a peloteros en la agencia libre el pasado invierno al igual que los anunciados durante las dos últimas semanas son producto de la acción de Flood.

Durante el 2012 catorce peloteros estarán ganando $20 millones o más por temporada. Para el 2013 esa cantidad aumentara a 19 peloteros y en un futuro cercano llegará a 26 los afortunados.

El renombrado economista Andrew Zimbalist dijo una vez: ‘la Major League debería comenzar una política de pruebas de dopaje para los dueños’, esto en referencia a la extravagancia salarial.

Sin embargo toda esta bonanza es posible no tan solo a la agencia libre sino también a los acuerdos de televisión logrados por los equipos y a los cambios efectuados en el último convenio colectivo.

Mientras, en las ligas menores los salarios de estos profesionales son de miseria.

En contraste con el salario mínimo en Grandes Ligas de $480,000 anuales la escala salarial mensual en las menores es la siguiente: Triple A, $2,250; Doble A, $1650; Clase A, $1,150; jugadores de primer año, $950.

Mientras para los peloteros en las academias en Republica Dominicana y Venezuela fluctúan entre $300 y $500 mensuales.

Los peloteros de Grandes Ligas al igual que la Asociación de Peloteros siempre han tenido la prerrogativa de incluir a los ligasmenores en los beneficios que alcanzan mediante convenio colectivo con los dueños de equipo y nunca lo han hecho. Al contrario, se han dado casos que los utilizan como instrumento de negociación para beneficiarse.

Esperemos que pronto aparezca un equivalente a Curt Flood a este nivel para que se le haga justicia a estos jóvenes.

jueves, 5 de abril de 2012

Cuerpo sano en mente sana

Por años, las organizaciones de Grandes Ligas concentraban la preparación de sus prospectos exclusivamente en actividades en el terreno de juego. El desarrollo físico del atleta, al igual que las destrezas mecánicas en cada área individual del juego, se consideraba la parte esencial en el empeño de maximizar las habilidades. Este entrenamiento tradicional del pelotero profesional ha experimentado una transformación en el último lustro.

La máxima cita que dice ‘cuerpo sano en mente sana’, se ha llevado a otro nivel en el béisbol profesional. Se han desarrollado estructuras de trabajo en las organizaciones que llevan nombres tales como el Departamento Cultural, Departamento de Desarrollo Mental y Emocional, Departamento de Evaluación Psicológica, entre otras.

La industria del béisbol profesional ha reconocido la importancia del desarrollo mental y emocional del atleta como parte fundamental para conseguir maximizar las habilidades de sus miembros. Han reconocido la importancia de esta área del INDIVIDUO para poder mejorar al ATLETA.

Aunque por años se ha mencionado su importancia, el que una industria privada como Major League Baseball tome la determinación de invertir millones en este asunto es prueba convincente de los resultados positivos de su práctica.

Inclusive, la estabilidad mental y emocional del atleta se toma bien en serio al momento de invertir millones en contratos multianuales. Se conocen casos de organizaciones que han tomado la determinación de cambiar o simplemente no renovar los contratos de peloteros previniendo deterioros emocionales del individuo.

Estos programas que vienen llevándose a cabo presentan métodos sistemáticos que desarrollan la fortaleza mental del atleta hacia el juego. Les enseñan a utilizar los pensamientos, emociones y acciones cotidianas de manera tal que mejoran su desarrollo como persona, lo cual le ayudará a lidiar con situaciones incómodas y frustrantes durante su carrera.

No crean ni por un momento que las organizaciones de Grandes Ligas se han convertido, de la noche a la mañana, en entes con fines filantrópicos. Los equipos se han dado cuenta de que, si el pelotero aprende a tomar control de su carrera profesional y de su vida privada, esto redundará en beneficio para la organización.

Independientemente de las razones por las cuales las organizaciones han decidido tomar este curso de acción, es un hecho que el área psicológica y emocional del atleta es importante en su desempeño.

Aquí en Puerto Rico, el Departamento de Recreación y Deportes ha invertido tiempo y dinero en programas que buscan la masificación del aprendizaje para el desarrollo del carácter de nuestros jóvenes. Es tiempo de que tanto las organizaciones, equipos, padres, entrenadores y atletas comiencen a prestarle atención a lo que se enseña en estos talleres. Ese aspecto del individuo es de suma importancia para el desarrollo de atletas y, más importante, aún para el desarrollo de ciudadanos con mente sana.